sábado, 28 de enero de 2012
La habitación de mi hermano
Este blog nace con la muerte de Jesús, mi hermano.
Es una de las tantas formas de seguir teniéndolo cerca, y a pesar que ya ha pasado un poco más de un año de su partida la pena es una constante, es un sentimiento con el cual convivir. Pero, como le sucedió a él, nos queda un remedio para soportar la vida de la forma como se nos presenta: la música. Como lo son los libros, el cine, y las diferentes formas artísticas de la rebeldía, la música es un arma para ser felices. Todavía recuerdo a mi hermano envuelto en su mundo a través de ella. Muchas veces no lo comprendíamos, hasta nos llegaba a la irritación; las diferentes habitaciones de la casa a oscuras, solamente iluminadas por esas melodías que hoy día nos estallan en la cabeza de nostalgia, pero que uno las descubre fascinado porque han sido parte de tu vida y por lo maravillosas que son.
Este blog lleva por nombre El cuarto del Chu porque en la habitación de él han quedado los recuerdos más preciados, quizá el principal y el que me motiva a realizarlo es su gran colección de música: sus discos, cassettes, dvds y revistas. Ellos fueron su vida, una vida musical, de melómano; que nos envolvió, que son el marco musical de nuestra familia, que nos hicieron sentir, emocionarnos y ser felices. Y Chu porque así fue él: breve, simple y maravilloso hasta para mencionarlo. Así le deciamos: Chu, nuestro querido Chu, el que no quería que nadie lo moleste, que vivía muchas veces solitario, oculto, quien tenía una sonrisa de niño juguetón y unas manos limpias y hermosas. Él es mi hermano y la música y sus historias que nos acompañarán de aquí en adelante la pasión de su vida, que nos tocó y nos tocará por siempre.
Gracias, Jesús, por enseñarnos tanto, por darle el valor que se merece a las pequeñas cosas, y porque tu música, nuestra música, no muera jamás. Así como tú en nuestros corazones.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario